- abdominales
- aeróbicos
- dejar de comer azúcar y harinas refinadas
- caminar mucho
- beber agua
Mientras, tú probaste todo. No logras bajar esa pancita. A veces tienes dolores raros y piensas que es apendicitis, que seguro en aquella "tragadera" te cargó La Llorona.
Pues bien, te tengo un tip... tal vez después de todo no sea grasita, sino un par de pelotas tamaño golf en cada ovario (que a simple vista confunden con un mega tumor en la cavidad pélvica), que según los médicos "son muy comunes", al parecer debido a un exceso de estrógenos, pero te hacen la vida imposible: a parte de dolores que vienen y van, tienes anemia crónica y te arrastras por los suelos. Piensas que cómo es que te has vuelto tan floja, cuando en realidad lo que tienes es la hemoglobina visitando al que vive en el sub-suelo, con una deficiencia tremenda de hierro y que con alarma los médicos te regañan por no tomarte la pastilla... porque, por si no sabías, cuando tomas hierro, se acumula en el hígado y ya no se elimina... prefieres un hígado sano, a tener una vida energética.
Te recomiendo, búscate un buen médico... y haz lo que yo... hacer caso y tomarte esa maldita pastilla, o andarás como fantasmita deteniéndote de las paredes para poder caminar. Creo que esta vez sí toqué las profundidades.